Acusan Universitarias a Autoridades de la UAZ y a Familiares del Ex Rector, Violaciones a Sus Derechos y Hostigamientos

Un grupo de alumnas y alumnos, así como de docentes de la UAZ denunciaron

públicamente un sinnúmero de represalias y violencias que están ocurriendo al interior de la

Máxima Casa de Estudios y, en concreto, en la Unidad Académica de Ciencias Sociales, en

contra de estudiantes y docentes que tuvieron la valentía así como la responsabilidad ética

rechazar y posicionarse contra los actos cometidos por el ex rector de la UAZ, investigado y

declarado culpable conforme a derecho por abuso sexual infantil.

Desde junio de este año, luego de diversas manifestaciones, se hicieron denuncias por

represalias, sin embargo, lejos de recibir respaldo institucional, quienes han alzado la voz

están siendo castigadas y castigados por hacer visible su repudio hacia la violencia infantil.

En ese sentido se hace del conocimiento a toda la sociedad y se pide apoyo porque varios

estudiantes han sido suspendidos de las becas de posgrado SECIHTI, en un proceso

marcado por opacidad, celeridad inusual y arbitrariedad, con el claro propósito de intimidar y

desmovilizar. Entre las personas afectadas se encuentran estudiantes asesorados por

personas cercanas al entorno familiar y académico, incluido el padre, del ex rector

sentenciado, así como por integrantes de un grupo docente que, junto con la próxima

Secretaria General, en un acto profundamente irresponsable y contra la normativa

internacional, nacional y local, se ha dedicado a defender —sin sustento legal, ético ni

moral— la inocencia de quien ha sido declarado culpable conforme a derecho.

Estas represalias no son hechos aislados. Constituyen una grave violencia institucional. A

pesar de que se han interpuesto quejas y denuncias ante instancias internas y externas,

incluida la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), no ha

habido respuesta. Las autoridades universitarias, incluyendo al rector actual Armando

Flores, y al rector electo Ángel Román, tienen conocimiento pleno de esta situación y han

decidido guardar silencio, siendo así cómplices de la revictimización.

La situación se vuelve aún más alarmante debido al alto impacto humano y social que

representan estas acciones. Para muchas personas estudiantes, estas becas significan

primordialmente la permanencia y continuidad de su formación académica. Al cancelar

estos apoyos, las autoridades universitarias actúan sin la menor empatía, guiadas por

intereses personales y con un claro afán de demostrar poder, sin detenerse a pensar en que

están afectando directamente vidas reales. Estas decisiones no solo tienen consecuencias

académicas, sino también graves implicaciones en la salud, estabilidad emocional y

condiciones materiales de quienes hoy se ven perseguidos por haber exigido justicia y

ejercido su derecho a manifestarse.

Las personas afectadas han recurrido ya al Grupo de Acompañamiento de la UAZ y a

instancias nacionales, ante la falta absoluta de respuestas institucionales y el clima de

hostigamiento que persiste.

Pidieron, además, a los medios de comunicación, a visibilizar estas injusticias, pues el

silencio solo beneficia a los agresores y perpetúa la impunidad. Debido a que Ángel Román,

próximo rector, pretende designar como Secretaria General, a una docente que lleva a cabo

acciones orquestadas para hacer creer a la sociedad que el abusador sexual confeso es

inocente y, con ello, ha promovido una cultura de silenciamiento de las infancias víctimas.

Con sus acciones a favor de Ibarra Reyes, se intenta fortalecer la idea de que las denuncias

por abuso sexual no son reales y, por lo tanto, alientan irresponsablemente a que se sigan

cometiendo una de las violencias más graves en nuestro país y que nos tienen colocados

en el número uno en violencia sexual y pornografía infantil.

Por ello, a las y los docentes comprometidos con la ética y la justicia, se les pide no guardar

silencio ante estas violencias y a exigir, desde sus espacios, garantías reales para la

libertad de expresión y la protección de los derechos humanos al interior de la UAZ.

Comentaron que les resulta profundamente indignante y difícil de creer que este tipo de

violencias, represalias y complicidades se están presentando precisamente en un programa

académico que, en el discurso, tiene como objetivo formar a futuras y futuros profesionales

comprometidos con la defensa de los derechos humanos y la justicia social. ¿Cómo es

posible que en un espacio que debería ser ejemplo de ética, pensamiento crítico y

compromiso con las causas sociales, se esté normalizando el silenciamiento, la persecución

y la impunidad? Esta contradicción no solo es alarmante, sino que pone en entredicho la

legitimidad y coherencia de una institución y la unidad académica que predica valores que,

en los hechos, no está dispuesta a sostener.

Hoy, Zacatecas necesita escuchar estas voces. Las infancias víctimas necesitan justicia, no

pactos de poder. Las y los estudiantes necesitan respaldo, no represalias. Y la sociedad

merece conocer que, en pleno 2025, una universidad pública, que se hace llamar “LA

MÁXIMA CASA DE ESTUDIOS” sigue castigando a quienes denuncian la violencia sexual

mientras protege a los agresores.

De la misma manera, docentes feministas de la UAZ han declarado que “Nos encontramos

frente a una institución que protege a agresores y castiga a quienes denuncian. Hoy más

que nunca, necesitamos que la solidaridad se convierta en acción y que la justicia no sea

solo un discurso, sino una realidad tangible en nuestra universidad”.

Las y los estudiantes exigieron el cese inmediato de todas las represalias contra el

estudiantado de la Unidad Académica de Ciencias Sociales en donde las violencias se han

exacerbado debido a que la mayoría de docentes son familiares, amigos y aliados de Ruben

Ibarra Reyes.

Exigiendo también, la reinstalación de las becas canceladas de manera injustificada. La

Investigación imparcial de los hechos denunciados. Que se garantice el derecho a la

libertad de expresión y protesta al interior de la UAZ y que se impida el cargo a cargos

publicos universitarios a personas que promuevan y sean cómplices de los casos de

violencia y abuso sexual.

Por todo lo anterior, se hace un llamado urgente a la sociedad civil, organizaciones

feministas, de derechos humanos y medios de comunicación a que se sumen en solidaridad

activa y visibilicen lo que está ocurriendo en la UAZ. No podemos permitir que el silencio se

convierta en cómplice.

Atte.

¡Solidaridad con las y los estudiantes y docentes que luchan por una UAZ libre de violencia!

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