Al aseverar que el resultado de los alumnos mexicanos del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes debe mejorar, David Monreal Ávila, senador por Zacatecas solicitó al gobierno federal que se elaboren e implementen acciones políticas o programas que permitan incrementar la calidad educativa del país.
El legislador informó que México ha participado en la prueba desde el año 2000, misma que se aplica cada tres años y a 15 años de llevarse a cabo la prueba PISA en México, los resultados son desalentadores.
Durante el año 2000 se evaluaron 183 escuelas y 5,276 alumnos; en el 2003 se evaluaron 1,124 escuelas y 29 983 alumnos; el año 2009 la calificación promedio obtenida por los estudiantes mexicanos fue de 425 puntos en lectura, en matemáticas 419 y en ciencias 416; respecto a la prueba del año 2012, los estudiantes mexicanos obtuvieron una media de 415 puntos: es decir, en 15 años México se ha ubicado en el grupo de países menores al promedio de la OCDE que es de 500.
Aseguró que los bajos niveles de en la calidad educativa mexicana no es por falta de recursos económicos, pero si por falta de alimentación, infraestructura y servicios públicos. Éstas son las principales problemáticas que presentan el país y es por esto, entre otras cosas, que no se ha podida avanzar en mejores niveles de desarrollo humano.
En México únicamente el 2% de los estudiantes se encuentra en los niveles altos, en tanto que en el promedio OCDE es de 29%; en los niveles intermedios México presenta 51% de sus estudiantes, frente a 54% del promedio OCDE; en los niveles inferiores el promedio OCDE concentra 18% de los estudiantes, en contraste con 47% de México.
“La poca calidad educativa que prevalece en el país, no es un asunto de dinero, pues México invierte el 6.2% de su Producto Interno Bruto en educación”, dijo el legislador, y recordó que para el presente año el presupuesto para educación es de 305,057 millones de pesos.
Según el INEGI, 51.6% de escuelas públicas cuenta con drenaje, 69% con disponibilidad de agua potable, 87.2% con sanitarios y 88.8% con energía eléctrica.
Concluyó instando al Gobierno Federal, en coordinación con sus homólogas estatales, a formular las políticas públicas y los programas pertinentes para salir del atraso en la calidad e infraestructura educativa, que no concuerda con el gasto que el pueblo de México paga con sus impuestos.
