Preparan Actividades Rumbo al 8 de Marzo.

Tras las históricas manifestaciones del 8 de marzo de 2020, vividas y sentidas tanto a nivel estatal como nacional, el país sufrió una gran sacudida con la llegada de la enfermedad COVID-19 a nuestro territorio, con lo cual las mujeres nos vimos obligadas a regresar hacia la reclusión y confinamiento de los hogares, siendo éste el espacio donde más nos agreden, nos vulneran, nos asesinan.

A la fecha, es innegable el incremento de la violencia que sufrimos; con frecuencia aparece en las noticias que los sistemas de emergencia de diversas instancias y corporaciones han reportado un preocupante disparo de las denuncias realizadas por agresiones domésticas en contra de mujeres a raíz del confinamiento tras la crisis sanitaria. Sin embargo, ¿de qué sirve que atiendan las llamadas de auxilio si en lo posterior no se les da seguimiento ni se castiga a los culpables? Que se indaguen tres de cada 40 casos no sustenta la impartición de justicia, ¡la impunidad es una velada autorización para perpetuar el abuso!

El panorama es desgarrador: en México asesinan a 11 de nosotras cada día, cuyo único delito es haber nacido mujeres en un sistema opresor y patriarcal que insiste en apropiarse de nuestras cuerpas, de nuestras vidas; que persiste en la intención de explotarnos, de violentarnos, de mutilarnos de las maneras más perversas.

Las mujeres somos el sostén del estado, del país, del planeta. Durante este encierro hemos tenido que cumplir no con doble sino con cuádruple jornada: además del trabajo doméstico, del correspondiente a nuestras profesiones, oficios o estudios –sea en lo virtual o presencial–, así como el de las labores de crianza hacia las hijas e hijos, ahora nos suman el hecho de ser nosotras –y no ellos– las profesoras responsables del aprendizaje académico de las infancias trasladado al hogar. La carga mental y emocional que esto representa se intensifica ante las exigencias carentes de empatía de un mundo que no acoge ni a las madres ni a las criaturas, lo que de forma implacable y directa impacta negativamente en nuestras oportunidades de descanso, de desarrollo individual, de bienestar integral.

 

La pandemia ha traído consigo un incremento de crisis emocionales por las circunstancias antes referidas, además de una terrible ola de desempleo, de escasez económica y de sobreexplotación laboral, con lo que las mujeres resultamos con mayores afectaciones, porque sí existen, persisten y aumentan la feminización de la pobreza, la brecha salarial por género, o la violencia sexual, el acoso y el hostigamiento hacia nosotras dentro de los espacios laborales.

Sin olvidar las violencias vividas desde el contexto de la guerra contra el narcotráfico y la estructural intrínseca al modelo de desarrollo extractivista, que ha cobrado relevancia por el aumento en la explotación de nuevas minas en la entidad, lo que deriva a su vez en mayor contaminación del agua, en el acarreo de enfermedades, y todo esto en conjunto profundiza las formas de violencia en contra de las mujeres, sobre todo en el medio rural.

Asimismo, según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México alcanza el primer lugar en abuso sexual infantil, con 5.4 millones de casos anuales, cuyas principales víctimas son las niñas, niñas que deben crecer en una cultura que insiste en debilitarlas, en moldearlas a su antojo, en bombardearlas con estereotipos sexistas, en someterlas y en domesticarlas a través de los abusos, del miedo, de la culpa.

Por todo lo anterior y muchísimo más, convencidas de la fuerza transformadora que representa la unión, nos rehusamos a que nuestra voz siga siendo silenciada.

La agenda política es clara: nos manifestamos en contra de cualquier estructura que dañe la dignidad y autonomía tanto de mujeres como de niñas; de los sistemas que nos exploten, violen o destruyan, tal como hace el capitalismo que se sostiene sin reparo ni descaro gracias al esfuerzo y trabajo no remunerado de las mujeres.

Reclamamos a las instituciones públicas y empresas privadas que disminuyan la carga de obligaciones laborales para las madres de niñas y niños en edad escolar como un acto mínimo de empatía desde la premisa de la no explotación; también requerimos al Estado que proporcione un ingreso mínimo vital para las mujeres cuyo trabajo no es reconocido, así como para quienes han sido despedidas a causa del contexto pandémico.

Exigimos a las autoridades correspondientes que atiendan la agenda de las mujeres al garantizar una óptima y eficiente educación sexual, sin ninguna clase de prejuicios sexistas;

 

el derecho a ejercer nuestra autonomía reproductiva, como en el caso de la despenalización del aborto porque, si nosotras parimos, nosotras decidimos.

Demandamos a la Fiscalía y a las autoridades involucradas que les den el debido seguimiento a todas las denuncias realizadas por parte de las mujeres hacia sus verdugos, pues ¿para qué se colocan un listón morado o emiten campañas/carteles bonitos de apoyo si en los hechos permiten a los agresores continuar sus vidas en libertad, sin castigo alguno?

Ante este manifiesto, hemos tomado la decisión de sí salir a marchar el Día de la Mujer, porque con pandemia o sin ella nos oprimen, nos violentan, nos matan; porque el Estado patriarcal, colonial, racista y clasista hace oídos sordos a nuestras peticiones. Por ello elegimos convocar a todas las mujeres que, al igual que nosotras, creen insostenibles e inaceptables las violencias que atraviesa nuestra experiencia diaria, a aquellas que en unión y desde la digna rabia deseen marchar, alzar la voz, romper el silencio.

La cita es para el próximo lunes 8 de marzo en punto de las tres de la tarde, en el parque ubicado frente a Ingeniería de la UAZ, donde nos concentraremos para iniciar nuestro recorrido un año más, porque las calles también son nuestras ¡y no lograrán callarnos ni recluirnos!

No obstante, sabemos que las condiciones actuales son extraordinarias, por lo que solicitamos a las mujeres que no puedan o no deseen asistir que nos sigan desde sus hogares a través de las redes sociales, que compartan la transmisión del evento desde la página oficial del evento, o que nos acuerpen con sus comentarios en las distintas plataformas de los medios informativos. Asimismo, la petición para quienes sí acudan a la cita es que, por favor, sea con las medidas de seguridad sanitaria de acuerdo con el contexto de socialización actual, cubrebocas indispensable y respetando la debida distancia entre cada asistente, tanto al momento de la marcha como durante las acciones posteriores a ésta.

Sumadas a esta manifestación, ofreceremos diversas actividades en la semana previa al Día de la Mujer, entre conferencias, talleres y conversatorios, para que nos sigan a través de la página oficial en Facebook, 8M 2021 Zacatecas, así como las artístico-culturales al finalizar el recorrido por las principales calles de la ciudad.

En el mismo tenor de protesta, enfatizamos que nuestra lucha es anticapitalista, por lo que convocamos también al paro de labores: el 8 de marzo no trabajamos, no cuidamos,

 

no maternamos, no estudiamos, no estamos al servicio de las necesidades de nadie, porque si nosotras paramos se para el mundo.

  • Este 8 de marzo paramos y marchamos por una vida libre de violencia, de misoginia, de racismo, de clasismo, de
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos por todas las que ya no están porque fueron asesinadas, porque fueron desamparadas por un Estado inepto y
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos ante la inacción y lentitud de las fiscalías.
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos contra la colonización de nuestras
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos porque nos faltan las que murieron a causa de abortos clandestinos e inseguros, por las que fueron encarceladas por interrumpir su propio
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos porque nos faltan las desaparecidas debido a la existencia de las redes de trata, por las víctimas de la explotación
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos porque nos faltan las mujeres migrantes y de pueblos originarios asesinadas por prejuicios racistas.
  • Este 8 de marzo paramos y marchamos porque nos faltan las lesbianas a quienes asesinaron por no cumplir los estándares de la heterosexualidad.

 

 

Cabe recordar que se trata de una manifestación en la que participamos exclusivamente mujeres, quienes marchamos y paramos porque nos da la gana, juntas en las calles, en los empleos y en las casas; marchamos porque nos da la gana, juntas en la escuela, en las colonias y en las plazas. Nos organizamos porque somos la mitad del mundo y reclamamos el espacio que nos corresponde.

 

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